Una reciente investigación realizada por el geólogo Jonathan Alejandro Bolados Segovia, titulado por la Universidad Católica del Norte, ha revelado niveles alarmantes de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO₂) en la ciudad de Calama. Este estudio marca un hito, al ser el primer análisis detallado de este tipo en la zona, utilizando imágenes satelitales del satélite Sentinel-5P, complementadas con datos locales de la única estación terrestre que mide este gas contaminante en la comuna.
El NO₂ es un gas tóxico que se produce principalmente por actividades de combustión, como la minería y el transporte vehicular, y está directamente relacionado con enfermedades respiratorias y cardiovasculares. En una ciudad como Calama, fuertemente industrializada y con escaso monitoreo ambiental, su estudio se vuelve urgente.
“Este es un problema creciente que afecta silenciosamente la salud de los habitantes. Con esta investigación, mi objetivo es dar visibilidad al tema y aportar información técnica que permita tomar decisiones concretas”, señala Bolados.
Tecnología Satelital al Servicio del Medio Ambiente
El estudio utilizó datos del satélite europeo Sentinel-5P, una misión de observación de la Tierra lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA), diseñada específicamente para monitorear la calidad del aire a escala global. Este satélite está equipado con el sensor TROPOMI, capaz de detectar contaminantes atmosféricos como dióxido de nitrógeno, ozono, monóxido de carbono y metano, entre otros, con alta resolución espacial y cobertura diaria.
Gracias a esta tecnología, se pudo analizar el comportamiento del NO₂ en Calama entre los años 2020 y 2023, incluso en áreas donde no existen estaciones de monitoreo terrestre. La información generada es clave para visualizar patrones de contaminación, identificar zonas críticas y complementar la única estación de monitoreo existente en la ciudad.
Principales Hallazgos
El análisis reveló que las concentraciones de NO₂ están directamente relacionadas con los niveles de producción de cobre: cuando la producción aumenta, también lo hacen las emisiones de este gas contaminante; cuando disminuye, las concentraciones tienden a ser más bajas.
Además, los vientos predominantes durante el día empujan las emisiones hacia el norte y noreste de la ciudad, mientras que por la noche la dirección del viento cambia y redistribuye la contaminación hacia otras zonas urbanas.
Entre los hallazgos clave:
Elevadas concentraciones de NO₂ en las cercanías de la fundición de Chuquicamata y en zonas urbanas densamente transitadas.
Mayor variabilidad y concentración en las mediciones terrestres frente a las satelitales, lo que evidencia la influencia directa de fuentes locales.
Carencia de monitoreo suficiente: de las cinco estaciones de calidad del aire en Calama, solo una mide NO₂, y está ya no cumple con los estándares de representatividad.
La atmósfera de Calama ha sido históricamente asociada con la presencia de arsénico, pero este estudio enfatiza que la contaminación no se limita a ese elemento. Existen otros contaminantes relevantes, poco estudiados y generados directamente por la actividad minera, entre los que destaca el dióxido de nitrógeno (NO₂), cuyas concentraciones y efectos en la salud también deben ser abordados con urgencia.
Llamado a la Acción Ambiental
Aunque Calama fue declarada zona saturada de contaminación en 2009 y se firmó un plan de descontaminación en 2020 que nunca se implementó, la situación no ha mejorado. En marzo de 2024 se emitieron medidas provisorias, pero aún falta un plan estructurado y eficaz.
“El uso de tecnología satelital permite monitorear la calidad del aire en zonas donde no existen estaciones. Esta información es clave para elaborar políticas públicas eficientes, sobre todo en ciudades altamente expuestas como Calama”, concluye Bolados.
Este trabajo cobra aún más relevancia en un momento en que la contaminación del aire en Calama se agrava año tras año, mientras el desarrollo urbano e industrial avanza sin un monitoreo adecuado y constante.
“Para mí, este es el primer estudio tangible con datos reales sobre la contaminación del aire en Calama, y sobre cómo se distribuye en la comuna. Por años se ha dicho que no existen estudios, y eso ha sido una excusa para postergar planes de descontaminación. Esta investigación puede marcar el inicio de políticas reales que mejoren la calidad del aire para las personas y el medio ambiente.”
Por Jonathan Bolados Segovia